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Para dejar los análisis pesimistas de lado





Luego de transitar un fin de año movido para el país, y, pese al intento de opacar el balance positivo de lo que fue el 2010 en materia económica, podemos observar una realidad muy diferente a la que proyectaban los especialistas del establishment a principios del año pasado.

A pesar de estar acostumbrados a que los medios hegemónicos de comunicación nos muestren un panorama negativo sobre la realidad en la que vivimos los argentinos todos los días y de los malos augurios que los economistas de la ortodoxia neoliberal (inclusive se han sumado a este tipo de pronósticos economistas que se autodenominan heterodoxos) pronosticaban para este 2010 que se fue, la realidad es bien diferente.

En enero de 2010 los pronósticos que ellos realizaban del crecimiento de la economía del país rondaban por el 2% o el 3% y debido al envión dado por el viento de cola internacional. Consideraban que esa cifra no podría ser superada, basándose en argumentos de los más diversos: falta de estabilidad económica, tipo de cambio no sustentable, déficit energético, una supuesta baja en la inversión y un déficit fiscal que se convertiría en un problema serio. En definitiva, pronosticaron que el modelo estaba agotado y que el país no volvería a “crecer a tasas chinas”. Los datos muestran que nada de eso ocurrió y el año termina con una inversión record, que representa el 23,4% del PBI.

Los pronósticos de los economistas de la city vuelven a resultar errados, ya que la economía creció alrededor de un 8% durante el último año. Y, a pesar de ser reconocida como una problemática real, la inflación estuvo lejos de desbordarse y de llegar al 40%, como creían anticipar algunas consultoras privadas a mediados de año.

Buena parte del crecimiento que no supieron ver se debe a un marco macroeconómico sólido y estable, a un fuerte incremento de la inversión pública, a una política industrial que estimula la inversión y al apoyo de la banca pública a la producción, entre otras medidas. Este modelo sigue apostando a la generación de nuevos puestos de trabajo y al crecimiento de una demanda sostenida por un gobierno que supo sortear una crisis económica mundial, acompañando un crecimiento y un desarrollo sostenidos.

En definitiva, la realidad muestra que estamos viviendo un momento histórico, en el que todo este crecimiento, además, se ha logrado con políticas soberanas, sin contraer deudas. Muy por el contrario, se ha alcanzado con desendeudamiento, por realizar pagos utilizando las reservas del Banco Central, luego de la discusión mediática del verano pasado. Con reservas, sí, que al día de la fecha fueron superadas en 4.402 millones de dólares a las registradas hace un año atrás.

Este 2010 que se fue también permite que quede al descubierto la mentira de los grandes medios de comunicación. Con un oktubre que, lejos de mostrar juventudes desinteresadas y despolitizadas, un pueblo crispado y hastiado; mostró una juventud comprometida, un pueblo dolido, conmovido, con más fuerza y con más apoyo a la Presidenta que nunca. Y con un fin de año, cuyas cifras muestran que la realidad es la única verdad.